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lunes, 28 de noviembre de 2011

Lo Jacinto, buen viaje...


Ayer 27/NOV fue un dia de esos en el que te dices a ti mismo: ‘ya no creo aguantar otra mas’, aunque lo cierto es, que no queda de otra y de alguna manera te terminas a acostumbrando a vivir con ausencias aunque en el momento sientas que se te rompe el corazón y que te estrujan cada una de sus partes.

Mi abuelito.

Fue un hombre con el carácter más difícil, pero solo para sus hijos por alguna extraña razón; para mi siempre fue la personas que nos contaba historias inverosímiles, que siempre se emocionaba cuando lo visitabas.

En mi infancia fue un extraordinario abuelito y aunque desde hace algunos años por el pretexto de ‘hoy no creo poder ir’, ya no lo frecuentaba tanto como antes, a lo mucho una vez al mes.

Estos últimos días que paso fueron muy difíciles para todos en mi casa, a pesar de que sabíamos que el tumor iba a acabar con su vida en algunos meses, uno nunca piensa que vendrá un fraude de doctor de mierda experimentando una operación complicada diciendo que el la podía de todas a todas, provocándole una infección que tan solo en dos semanas hizo que su cuerpo ya no pudiera mas, ese maldito fraude le robo meses de su vida y el poder dejar el hospital para morir en su casa junto a su familia de una manera tranquila.

Lo quiero mucho, y tal vez a nadie le haya platicado de mis abuelos, tal vez porque él siempre estaba bien, tenía o al menos eso pensábamos salud como la de un toro, y a pesar de sus 78 años, se veía como una persona de 60.

Ha sido otro año en el que siento que ya no puedo más emocionalmente, anímicamente y que incluso se me agota la mente. Hace dos meses mi tía asesinada de manera cruel, ahora mi abuelito con un final que a mi parecer no era justo.

Gracias ojitos, pero no hay nada en este momento que me puedan decir que me tranquilice, era una persona muy allegada a mí, y que no puedo evitar pensar cada instante en que me hizo reír y me duele, porque aun hospitalizado semi inconsciente me decía siempre cosas que me animaban, siempre fue así al menos con sus nietos, lo extrañare a madres y me duele tanto.

Extrañare tanto tus maneras de cariño, abuelito, y siento feo que no te pude alcanzar a ver por último siendo que ya estaba de salida para verte.

Otra vez se me quitaron las ganas de comer, no quiero hablar con nadie que no sea mi familia, aunque gracias por los pésame. Y si, ya sé que fue lo mejor, que ya estaba grande, que dios sabe por qué hace las cosas etc, etc, yo no digo que no tenga resignación, pero eso no evita que me duela menos, la resignación solo ayuda a acostumbrarse más rápido a las ausencia de un ser querido.

Dios hace las cosas a veces de tal manera que uno termina preguntándose: de verdad tendrá algún fin? Solo resta tener fe y esperar.


….- Otra vez no se de donde salen tantas lagrimas -….
….- Te voy a extrañar mucho, y te prometo que les contare a mis hijos de ti y de tus historias, si nos las contaste, no pueden quedar en el olvido, te quiero muchísimo abue  -….

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